Rojas en el recuerdo
Postales de nuestra ciudad

Barrios de Rojas: Villa España

De la serie "Postales camperas" de Stella Maris Hansen

Primero hubo un callejón, apenas una huella hollada allá de tarde en tarde por algún sulky, por algún carro; orlada aquí y allí por escuálidas cina-cinas. Atravesaba esa franja que llamaban "la quinta Espil" para, tras sortear el bajo anegadizo, rumbear casi derecho hacia la antigua quinta Larribé, ahí sobre el camino a Sol de Mayo.

En algún momento de los años 20 la quinta Espil se subdividió. Apareció alguna que otra casa, como la de los Callejas, que fueran de los más antiguos pobladores del lugar. El 9 de julio de 1929 abrió sus puertas en la esquina de prolongación 9 de Julio y bulevar Moreno el almacén y acopio de aves y huevos llamado "Villa España". Había nacido un barrio.

Poco a poco se afincaron en el lugar otras familias, principalmente españolas pero también de otras nacionalidades: Cejas, Caire, Martínez, Cornejo, García, Ferreyra, Campos, Blanco, Cantó, González, Sanguinetti, Toppa. Y los Gomila, que tuvieron estación de servicio en esa punta donde el barrio se asoma a la Avenida... ahí donde después estuvo el almacén de los Santiago, hoy (1975) de Quintana.

Villa España... hacia el sur, donde hasta no hace mucho el viejo callejón de olvidadas cina-cinas marcaba el límite con el campo, un reciente loteo prolongó el barrio con nuevas construcciones que se estiraron sobre ese bulevar Moreno que espera paciente pero con fe el prometido pavimento(1).

Hacia el poniente, un alambrado separa en brusco límite el barrio de las tierras anegadizas en las que, cuentan los vecinos, alguna vez hubo un monte y se hacían lagunas en las que hasta se podía pescar.

Villa España... un mundo de bucólica semblanza, añoranza de quintas, paz y sosiego en la frescura verde de su apacible arboleda. Barrio familiar, con alboroto de niños en la alegre espontaneidad de sus juegos. Algunas casas antiguas -no muchas-; la mayoría, nuevas o refaccionadas, otras en construcción. Todo denota allí el afán de progreso de un vecindario de buena gente de trabajo.

Colorido de flores en jardines sencillos pero cuidados; cercos de alambre tejido o de ligustrina; algunos aljibes. Está ahí nomás, atrás del hospital. Cuando el trajinar vital te haga sentir que a este mundo en que vivimos le falta más de un tornillo, cruzate el bulevar: Villa España te va a parecer un refrescante mensaje de paz.

(1) El pavimento llegaría recién en el año 1994.

Irma Oger

1975

https://www.historiasderojas.com.ar/

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