El crecimiento de los delitos en Rojas refleja una tendencia que se observa también en toda la provincia de Buenos Aires, donde los robos y otros hechos delictivos se han disparado en los últimos meses. A pesar de esta escalada, nuestra ciudad ha logrado mantener una alta tasa de esclarecimiento de los delitos cometidos, lo que contrasta con la falta de respuesta en otras localidades.

Sin embargo, un aspecto que preocupa es el funcionamiento del sistema judicial. En muchos casos, personas detenidas por robos calificados terminan nuevamente en las calles, dejando en duda la efectividad de las medidas judiciales y generando incertidumbre sobre los motivos detrás de estas decisiones.

Otro problema que afecta a la comisaría local es la creciente cantidad de efectivos que solicitan licencias psiquiátricas, una medida que muchos adoptan como forma de resistir órdenes superiores o expresar su desacuerdo con situaciones internas.

Estas licencias no solo generan vacantes difíciles de cubrir, sino que también complican la operatividad de la comisaría al no disponer de personal suficiente para cumplir con las tareas diarias.

La propuesta de traer personal de otras ciudades para cubrir roles clave, como los del GTO, sin conocimiento del terreno local, podría agravar aún más la situación. La falta de familiaridad con la comunidad y su entorno representa un desafío, ya que sin un conocimiento profundo del área, es difícil desplegar estrategias efectivas contra el crimen. Se teme que esto no solo no logre reducir los índices de delincuencia, sino que incluso facilite la actividad delictiva.

El caso de Pergamino es un ejemplo claro de los desafíos actuales: en el último mes, la ciudad ha registrado una gran cantidad de denuncias por robos de motos, automóviles, ruedas de vehículos, entraderas y robos calificados. Además, en la última semana, se reportaron dos boquetes, uno en un restaurante y otro en una inmobiliaria, que reflejan la creciente sofisticación de los delincuentes.

Las decisiones sobre la asignación de personal y los cambios en las comisarías deben ser cuidadosamente evaluadas. Los posibles ajustes en la comisaría local generan preocupación, y si no resultan efectivos, podrían dejar a la comunidad aún más vulnerable. El tiempo revelará si estas modificaciones mejoran la seguridad o simplemente dejan a los vecinos expuestos a mayores niveles de delincuencia.