La detención del letrado pone nuevamente en jaque la transparencia de uno de los proyectos más anunciados, pero menos concretados, de los últimos años en el distrito.

El predio donde debería funcionar el parque industrial fue cedido a la empresa de Miguel Berin, íntimo amigo del actual diputado provincial e ingeniero Claudio Alberto Rossi, quien como intendente firmó el convenio con condiciones claramente desfavorables para el municipio.

El terreno fue originalmente donado por Carlos Carmelino Borassi con el objetivo de destinarlo al desarrollo industrial de la ciudad. Sin embargo, hoy se encuentra judicializado, y desde el Ejecutivo municipal, encabezado por el intendente Román Bouvier, se llevan adelante acciones legales para recuperar la propiedad.

La iniciativa, que prometía una inversión de 3 millones de dólares y debía estar finalizada entre 18 y 24 meses después de la firma del fideicomiso (fechada el 11 de diciembre de 2019), se convirtió en otro símbolo de la paralización y el abandono. A más de cinco años del anuncio, lo único que crece en el predio son los yuyales.

A medida que la causa judicial avanza, se profundizan las sospechas sobre los vínculos entre Berin y Rossi, y el papel del ex intendente en un acuerdo que dejó al municipio prácticamente sin herramientas de control ni beneficios. Mientras tanto, el "progreso" que se prometió como bandera sigue ausente y las sombras sobre el Parque Industrial no dejan de expandirse.