En realidad, los empleados municipales no abonaron directamente los créditos, sino que sufrieron descuentos en sus recibos de sueldo en concepto de los préstamos tomados.

Esos montos retenidos debían ser transferidos por el sindicato a la empresa local que otorgó los créditos, pero la firma nunca recibió los pagos. De este modo, los trabajadores aparecen como deudores pese a que mes a mes se les descuenta el dinero de sus haberes.

El mecanismo había sido simple: los trabajadores accedían a créditos con una empresa local y el sindicato retenía un porcentaje de los salarios para abonarlos. Sin embargo, esos pagos dejaron de realizarse y, al día de hoy, la deuda continúa generando intimaciones y amenazas de embargo.

Hace algunos meses, la Municipalidad, junto con la empresa local, intentó mediar con un convenio en 24 cuotas para resolver la situación. Dicho acuerdo requería la firma del sindicato, pero Enrique “Negro” Alvarado —referente sindical— nunca rubricó el documento, lo que mantiene trabada cualquier salida formal al conflicto.

Mientras tanto, los descuentos siguen aplicándose sin que se sepa con certeza adónde va el dinero.

Los empleados municipales expresan su indignación y temor. Muchos temen perder parte de sus sueldos por embargos judiciales sobre deudas que, insisten, ya fueron descontadas. “Nos siguen sacando hasta el último peso, pero la deuda sigue. Estamos en el medio, sin respuestas”, señalaron.

La situación genera cada vez más bronca y preocupación entre los trabajadores, que ya evalúan nuevas medidas para frenar lo que consideran una injusticia y un perjuicio económico inadmisible.