Su cortina es el famoso chamamé, intrumental y de gran fuerza que hace a la presentación de una personalidad humilde y extravagante a la vez, sencillo y gran amiguero, dispuesto a tender una mano si está a su alcance o a comunicarlo en la radio si la necesidad es mayor.

Risotadas, música, conversaciones, músicos invitados cada tanto y la disposición para quien lo visite mientras hace el programa, el cual fue mutando a lo largo del tiempo. Empezó con el chamamé y a pedido del público lo fue ampliando al repertorio popular con gatos, zambas, chacareras, huellas, estilos, milongas y payadores, por citar algunos de los tantos géneros con los que musicaliza.

Hace unos cuantos años ya, sumó a su compañera de la vida, Claudia, con quien incursionó en la música tropical y bailantera. Hoy el programa de Rodolfo Uspong es un popurrí musical, grata compañía y siempre alguna que otra anécdota para contar, propia o ajena.

Cada aniversario hace una fiesta, un espectáculo para compartir con sus escuchas y amistades. “añares que estoy en esta emisora, la que me ha dado muchas alegrías y algunas tristezas por no poder conseguirle algo a alguien, pero después fueron todas ganadas, ganadas en amigos, en cosas porque nuestro programa es solidario, la radio es solidaria”, dice al aire.

“Tenemos a un director (Jorge Goicochea) que nos ha enseñado y nos sigue enseñando a trabajar sin tener un compromiso de enseñar, pero sí, con esa lealtad como director, porque siempre hay algo para aprender”.

Uspong destaca haber “ganado amigas y amigos, familias en este programa que tiene dieciocho para diecinueve años, por eso sigo soñando despierto que si algún día me toca partir, me gustaría que alguien se haga cargo de este cofre, de este programa en esta radio y que diga 'yo lo quiero seguir', que se tome el tiempo para saber cómo era la vida de Rodolfo Uspong, cómo podía hacer el programa a la mañana los sábado y los domingo, que nunca decaiga 'Amigos y chamamé es tuyo', que sea del agrado de todos y no importaque Rodolfito no esté físicamente, sino que lo puedan sentir de otra manera, como alguien que deja un lugar para que otro siga creciendo”.

Además de la charla y la interpelación que hace con sus oyentes, el gaucho habla de los valores que hay que cultivar y expresa “crea que las cosas se pueden hacer, esa es la virtud que tiene que tener cada uno” y enseguida remata “el egoísmo no sirve, las peleas tampoco, sino luchar por lo bueno y estar siempre bien”.

Cuando el oyente menos se lo espera, cambia de tema y sale diciendo “bueno, ahí seguimos, mis amigos, con todos ustedes esto que dice así” y larga un chamamé o cumple con un pedido musical”.

Peñero y festivalero

Otra de las facetas que Rodolfo sabe cultivar muy bien es la de presentador de espectáculos folklóricos en peñas y festivales, donde ha sabido granjearse de la amistad de artistas y cantores populares.

Ha formado parte de centros tradicionalistas y hasta tuvo un ballet folklórico que presentó en Rojas y en la zona. Es devoto de la Virgen María, a la que agradece siempre y le realiza homenajes y actividades en la ciudad y en la zona rural con peregrinaciones a caballo y demás.

Uspong es un personaje multifacético que se desenvuelve en varios ámbitos, siempre con la cordialidad que lo caracteriza y una ancha sonrisa. Es una persona muy querida, porque él se hace querer.