Yamila Moreyra es una joven santafesina radicada hace muchos años en Rojas. Vino con su padre y hermanos. Hoy formó una familia con Nicolás y desde hace bastante tiempo trabaja de lo que busca en el basural y otros lugares donde la gente tira 'basura' que se puede reciclar y luego vender.

Se las rebusca como otras tantas familias, que según la entrevistada son “dieciocho, veinte las que vamos al basural” y que en algún momento ella debió comer los alimentos que allí encontraba. Ella tiene su costado solidario porque vivió como nadie necesidades verdaderas.

“Prácticamente me criaron, de chiquita que voy a un basural,en Santa Fe y acá en Rojas seguimos yendo, mi papá también va; de mi casa vamos todos y hay entre dieciocho a veinte familias las que van todos los días, y cada vez van más”, comenzó relatando Yamila y contó cuáles son las actividades que allí realizan “juntamos cartón, chatarra, hierro, plástico, vidrio y todo lo que es metal”.

Consultada si ella tuvo que buscar comida allí, dijo lo siguiente “sí, nosotros comimos de ahí; hay gente que tira unas papas porque están brotadas y a nosotros nos sirve, fuimos criados así” y agrega “ahora no pasa pero antes tiraban muchas cosas los supermercados, había cosas envasadas con el vencimiento pero que se pueden consumir todavía, entonces las llevábamos”.

Yamila cuenta también que ir al basural “es nuestra principal fuente de ingresos, aunque yo estuve trabajando la campaña pasada en Cargill, pero como este año no hubo cosecha no se trabajó y no queda otra que volver a trabajar al basural”.

Desde saber qué es la miseria y la pobreza total por haberla vivido mucho tiempo, Yamila tiene su corazón solidario que la mueve a ayudar a quienes más lo necesitan, aun sin contar con grandes recursos más que la voluntad de tender una mano a personas que no la pasan bien.

-Sos solidaria, ayudás a gente en tu misma situación...

-Sí, desde chica que soy así, porque pasé muchas necesidades y sé lo que es no tener ni para comer. Comparó a Rojas con Santa Fe. Acá se tiran muchas cosas, mucha ropa linda y en Santa Fe eso no pasa, allá hay que sobrevivir.

No te dan la mercadería en la escuela como pasa acá ni en Desarrollo Social como pasa acá. Podés conseguir en Cáritas pero hay que pagar para que te den mercadería buena, porque si no te la dan con gorgojos. Acá no se valora mucho lo que se tira, como la ropa que está buena.

-¿Cómo ayudás?

-Me escribe mucha gente que necesita. Ahora estoy comprometida con gente de Los Indios, también me escribió gente de Carabelas. Empecé juntando ropa y cuando tenía cierta cantidad, publicaba en las redes sociales y la gente pasaba a buscar.

-¿Qué pensás cuando ves tanta gente que necesita en una ciudad rodeada de campo, donde salen millones y millones de dólares de cosecha tras cosecha, salvo este año? ¿Qué te provoca?

-La verdad es que no entiendo porqué pasa esto. Veo que Rojas tiene para progresar pero a la vez no la acompaña la gente. Es como que acá hay otra forma de vivir a la que conocí en otros lugares, hay mucho individualismo.

-(Nico) Hay gente y gente, porque a veces los que dan se cansan de los vivos que piden y no necesitan.

-¿Algo para agregar?

-Gracias, siempre gracias a la gente que me dio una mano cada vez que la necesité. Siempre voy a estar agradecida al pueblo de Rojas porque a nosotros nos brindaron muchas cosas.