Formó el conocido grupo “Esclavos de la Virgen” con hombres marginales, algunos fuera de la ley, que se cubrieron con el manto de “Nuestra Señora de Luján” para encarrilar sus vidas. El cura Ángel es el pastor de esas ovejas que en algún momento estaban muy fuera del rebaño. Hasta tiene su lugar en un campito en la localidad de Hunter, donde llevan a cabo retiros espirituales y otras actividades propias de esa célula.

Su temprana deportiva pasión es el fútbol, disciplina en la que muchos rojenses lo disfrutaron ya que jugó varios partidos en esta ciudad. Hincha de River Plate, ya retirado, siguió jugando con veteranos y jóvenes. Una de sus últimas pasiones es la moto, andar en la ruta, compartir ese gusto de las dos ruedas con más personas.

Esta última le jugó una mala pasada hace muchos años, cuando tuvo un accidente en Brasil yendo a bordo de su motocicleta. Recuperado, volvió a las actividades espirituales y ceremoniales de la iglesia católica.

La gente que lo cruza en la calle siempre lo saluda amablemente, sea católica o de otro credo, dado que Ángel cultivó una amistad y buen trato con la persona, no con su creencia religiosa. Una palabra de aliento nunca falta en su boca y generalmente los diálogos con él son agradables, con una sonrisa y una enseñanza.

Durante este fin de semana se apersonó en el encuentro de motos que realiza la agrupación Fierros Viejos, cuando dirigió unas palabras al público presente y también accedió a brindar una bendición a una pareja que 'se casó en el evento' en el escenario. El júbilo del novio y la novia más quienes estaban observando el acontecimiento desató una enorme alegría con abrazos, gritos y buenos deseos para los enamorados.

El sacerdote, a quien todos escuchaban atentamente, bendijo la pareja, los arengó a seguir en unión en el marco del amor y luego rezó una oración para proceder a la colocación de los anillos. La noche previa había tenido lugar el compromiso de la pareja. Fue un momento de mucha algarabía. Posteriormente el acto cerró con la actuación de una banda de rock.

Así es el cura Ánel o Angelito, como le dicen por acá. Un religioso que se hizo rojense con el paso de los años, una persona entrañable y querible.